La vida es a veces caprichosa, cuantas veces, perdido en Japón busque en vano alguna japonesa maquillándose en un bar, una estación o un parque. Cuantas veces soñé con esos espejos, lápices de colores que perfilan sus ojos rasgados buscando las formas infinitas de la estetica manga. Ayer mientras estudiaba japones en el Macandé, Hiroko san, saco todas sus pinturas, su espejo y con toda la naturalidad del mundo me regaló esta foto. Gracias
TOKIO: SHIBUYA
Hace 12 años
1 comentario:
Qué recuerdos..
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